Qué es la pata de ganso: síntomas, causas y tratamiento

¿Has sentido alguna vez un fuerte dolor en la parte interna de la rodilla al correr, subir escaleras o incluso al pasar mucho tiempo en reposo? Podría tratarse de la pata de ganso, una de las lesiones más comunes entre corredores y deportistas. Esta tendinitis afecta a tres músculos clave que se encuentran en la rodilla y, aunque no suele ser grave, puede convertirse todo un obstáculo para quienes no se lo tratan a tiempo.
En este artículo te contamos qué es la pata de ganso, cuáles son sus síntomas, sus síntomas más frecuentes, las causas, cómo tratar la tendinitis de la pata de ganso y qué estiramientos de la pata de ganso pueden ayudarte a alivar el dolor.
Qué es la pata de ganso
La pata de ganso es un término comúnmente utilizado para referirse a una tendinitis en la rodilla, aunque su nombre proviene de la forma que adoptan tres tendones en la parte interna de la rodilla, que recuerdan a las huellas de un ganso.
Los tres músculos principales que se ven involucrados en la pata de ganso son el sartorio, el grácil y el semitendinoso. Estos músculos se encuentran en la parte interna de la pierna y se unen cerca de la parte superior de la tibia, justo en la zona de la rodilla. La inflamación en estos tendones puede producir dolor agudo en la parte interna de la rodilla, justo debajo de la articulación.
Músculos de la pata de ganso
Como hemos comentado, la pata de ganso está formada por la unión de tres músculos que recorren la parte interna del muslo y terminan en la tibia, justo debajo de la rodilla. Estos son:
- Sartorio: es el músculo más largo del cuerpo humano. Nace en la cadera y llega hasta la rodilla, ayudando a doblar la pierna y a girarla hacia afuera.
- Grácil: también llamado "recto interno", se encuentra en la parte interna del muslo. La función principal de este músculo es juntar las piernas (movimiento de aducción) y colaborar en la flexión de la rodilla.
- Semitendinoso: forma parte de los isquiotibiales, situados en la parte posterior del muslo. Se activa sobre todo al doblar la rodilla y al extender la cadera hacia atrás, algo esencial al correr o saltar.
El correcto funcionamiento de estos músculos es clave para prevenir lesiones como la tendinitis de la pata de ganso o incluso la bursitis de la pata de ganso, que ocurre cuando también se inflama la bolsa sinovial que protege los tendones.
Tendinitis de la pata de ganso
Cuando los tendones del sartorio, grácil y semitendinoso se irritan o inflaman por sobreesfuerzo o mala técnica, aparece la tendinitis de la pata de ganso. Esta lesión se caracteriza principalmente por un dolor en la parte interna de la rodilla, justo debajo de la articulación, que puede volverse más intenso al correr, subir escaleras, arrodillarse o incluso tras permanecer mucho tiempo en reposo.
Aunque no suele ser grave, sí puede convertirse en un obstáculo importante para quienes entrenan con regularidad, ya que limita la movilidad y dificulta movimientos tan básicos como caminar o agacharse. Además, si no se trata a tiempo, puede hacerse crónico y afectar al rendimiento deportivo a largo plazo.
La buena noticia es que la tendinitis de la pata de ganso tiene un pronóstico favorable. Con reposo relativo, ejercicios de fortalecimiento y estiramientos adecuados, acompañados de la guía de un fisioterapeuta, la mayoría de las personas consiguen recuperarse por completo y volver a su actividad física habitual sin molestias.
Causas de la pata de ganso
La pata de ganso suele aparecer por una combinación de factores relacionados con el esfuerzo físico, la técnica deportiva y la condición de cada persona. No tiene por qué existir siempre una única causa, pero sí existen situaciones que aumentan el riesgo de desarrollar esta tendinitis en la rodilla:
- Sobrecarga muscular: entrenar demasiado, no respetar los descansos o aumentar de forma brusca la intensidad del ejercicio puede inflamar los tendones de la rodilla. Es una de las causas más frecuentes en corredores y deportistas de resistencia.
- Entrenamientos inadecuados: una mala planificación, una técnica incorrecta al correr o calzado inadecuado pueden generar sobreesfuerzo en la zona interna de la rodilla.
- Golpes o traumatismos directos: una caída o un impacto en la rodilla pueden dañar los tendones de la pata de ganso, provocando dolor e inflamación.
- Desalineación de las piernas y problemas de postura: tener las piernas en “X” (valgo) o en “O” (varo), así como alteraciones en la forma de caminar, puede añadir un estrés extra sobre la rodilla y favorecer la lesión.
- Desgaste articular y envejecimiento: con la edad, el cartílago y las articulaciones se deterioran. Enfermedades como la artrosis u otras afecciones degenerativas también pueden inflamar la pata de ganso y causar dolor crónico.
Una afección común en deportistas
La pata de ganso no entiende de edades ni de rendimiento: puede afectar tanto a quien sale a correr un par de veces por semana como a futbolistas o ciclistas profesionales. Aunque, los deportistas es más frecuente que la sufran porque sus rodillas están sometidas a movimientos repetitivos, impactos y cargas constantes.
El problema aparece cuando entrenamos sin la técnica adecuada, acumulamos kilómetros sin descanso o queremos avanzar demasiado rápido. Ahí es cuando la rodilla empieza a sufrir.
La buena noticia es que la prevención está en tus manos: escuchar a tu cuerpo, respetar los tiempos de recuperación y trabajar la fuerza y la movilidad puede marcar la diferencia entre disfrutar del deporte… o tener que parar por lesión.
Síntomas del síndrome de pata de ganso
El primer aviso de que algo no va bien suele ser un dolor en la parte interna de la rodilla, justo debajo de la articulación. Al principio puede parecer una simple molestia, pero poco a poco se intensifica, sobre todo cuando corres, subes escaleras o te agachas.
A ese dolor suelen acompañarle otros síntomas muy característicos:
- Inflamación en la parte interna de la rodilla.
- Sensibilidad al tocar la zona afectada.
- Dolor al caminar o al realizar actividades físicas cotidianas.
- Rigidez matutina o después de estar mucho tiempo sentado.
Si notas varios de estos signos, lo mejor es no dejarlo pasar. Consultar a un fisioterapeuta o a un médico deportivo te permitirá obtener un diagnóstico correcto y empezar un tratamiento antes de que el problema se agrave.
Tratamiento de la pata de ganso
La pata de ganso no suele ser una lesión grave, pero sí puede ser muy molesta si no se detecta a tiempo. La clave está en darle a la rodilla el cuidado que necesita para reducir la inflamación y recuperar la movilidad. Estos son los pasos más habituales para el tratamiento de la pata de ganso:
1. Reposo y aplicación de frío
Lo primero es darle un respiro a la rodilla. Evita actividades de alto impacto como correr o saltar y opta por ejercicios suaves. Aplicar hielo de 10 a 15 minutos, varias veces al día, ayuda a disminuir la inflamación y aliviar el dolor.
2. Fisioterapia y estiramientos
La fisioterapia es uno de los tratamientos más efectivos. Incluye masajes, estiramientos dirigidos y técnicas como electroterapia o ultrasonido. Además, el fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean la rodilla y mejorar la movilidad.
3. Ejercicios de fortalecimiento
El trabajo de fuerza es fundamental. Ejercicios como el curl de isquiotibiales, el puente de glúteos o el peso muerto con piernas rectas ayudan a dar estabilidad a la articulación y prevenir recaídas.
4. Tratamientos avanzados
En casos persistentes, pueden aplicarse terapias como crioterapia o ultrasonidos terapéuticos para acelerar la recuperación.
5. Volver al deporte de forma progresiva
Una vez superada la fase de dolor, es importante reintroducir el ejercicio poco a poco, evitando sobrecargas y respetando siempre los tiempos de recuperación.
Estiramientos y ejercicios para la pata de ganso: fortalece los tendones Implicados
A continuación, te presentamos una tabla con ejercicios y estiramientos recomendados para prevenir y tratar la pata de ganso:
Ejercicio/Estiramiento | Descripción |
---|---|
Estiramiento de isquiotibiales | Siéntate en el suelo y extiende una pierna mientras flexionas la otra. Mantén durante 20 segundos. |
Curl de isquiotibiales | Realiza el ejercicio en una máquina de curl de piernas o usando pesas. Focaliza el trabajo en la parte posterior de la pierna. |
Peso muerto con piernas estiradas | Ejercicio que trabaja la parte posterior de la pierna, centrado en los isquiotibiales. |
Relajación con rodillo | Usa un rodillo terapéutico para masajear los músculos de la pierna, liberando tensión en los tendones. |
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