La fisioterapia deportiva es una rama especializada de la fisioterapia que se enfoca en la prevención y tratamiento de lesiones relacionadas con la práctica de actividades deportivas. Este campo se centra en la rehabilitación de atletas y personas activas, utilizando técnicas específicas para tratar lesiones musculares, articulares y óseas que puedan surgir durante la práctica deportiva.
Una de las principales características de la fisioterapia deportiva es que, los expertos en esta área tienen un enfoque especializado en la biomecánica y los movimientos deportivos, para así, diseñar programas de tratamiento individualizados para acelerar la recuperación, mejorar el rendimiento y prevenir futuras lesiones.
¿Qué tipos de lesiones son más comunes en deportistas profesionales y amateur?
Variando en el tipo de entrenamiento y su nivel de exigencia, la gravedad de las lesiones puede moverse en un amplio rango, sin embargo, existen algunas lesiones muy comunes entre atletas profesionales y amateur que se detalla a continuación:
Esguinces y distensiones musculares: son comunes en deportes que implican cambios de dirección rápidos, saltos o movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto o tenis. Incluyen lesiones en ligamentos (esguinces) y músculos (distensiones) debido a movimientos repentinos.
Lesiones en tendones: tales como la tendinitis, a menudo asociada con el sobreuso o movimientos repetitivos, como en el tenis, golf o correr.
Fracturas por estrés: resultantes de una tensión repetitiva y excesiva sobre los huesos, son comunes en corredores, jugadores de básquetbol y bailarines.
Lesiones en la rodilla: como el síndrome de la banda iliotibial, la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) o lesiones meniscales, que pueden ocurrir en deportes que involucran giros o impactos, como el fútbol, el baloncesto y el esquí.
Lesiones en el hombro: tales como el síndrome del manguito rotador, que puede afectar a deportistas que realizan lanzamientos, natación o levantamiento de pesas.
Conmociones cerebrales: son más comunes en deportes de contacto como el fútbol americano, rugby o hockey.
Nuevos tratamientos de lesiones deportivas
El campo de la fisioterapia deportiva ha evolucionado mucho en los últimos años, en parte por su uso de las nuevas tecnologías y el avance de las terapias del dolor. Estos son algunas de las novedades más significativas de la fisioterapia actual:
Terapia de ondas de choque: este tratamiento utiliza ondas acústicas de alta intensidad para tratar lesiones musculoesqueléticas como tendinitis, fascitis plantar o calcificaciones. Las ondas de choque estimulan la curación al mejorar el flujo sanguíneo y la regeneración de tejidos.
Electroestimulación muscular de alta frecuencia: emplea dispositivos de electroestimulación de última generación que permiten una estimulación eléctrica controlada y específica de los músculos. Ayuda en la rehabilitación, mejora la fuerza muscular y acelera la recuperación.
Realidad virtual (VR) para rehabilitación: utiliza entornos virtuales interactivos para mejorar la rehabilitación. Mediante dispositivos de VR, se pueden realizar ejercicios y actividades específicas que mejoran la coordinación, el equilibrio y la recuperación funcional después de una lesión.
Tecnología de compresión intermitente: estos dispositivos aplican compresión secuencial en las extremidades, mejorando la circulación sanguínea y la recuperación muscular después del ejercicio intenso, reduciendo la inflamación y el dolor.
Ultrasonido terapéutico de alta frecuencia: emplea ultrasonidos de alta frecuencia para calentar los tejidos profundos y acelerar el proceso de curación. Ayuda a reducir el dolor, mejorar la circulación y promover la regeneración de tejidos lesionados.
Recomendaciones de los expertos para prevenir lesiones
Aunque la fisioterapia deportiva avance en sus métodos a pasos agigantados, lo mejor que puede hacer un deportista que quiera disfrutar de una larga carrera profesional es formarse en la prevención de lesiones. Para ello, los expertos hacen las siguientes recomendaciones:
Técnica correcta: aprender y utilizar la técnica apropiada para cada deporte o actividad física, ya que una técnica incorrecta aumenta el riesgo de lesiones.
Descanso y recuperación: permitir tiempo suficiente para la recuperación entre sesiones de entrenamiento, así como descanso adecuado para evitar el agotamiento y reducir el riesgo de lesiones por sobreuso.
Fortalecimiento y flexibilidad: incluir en el programa de entrenamiento ejercicios específicos para fortalecer los músculos implicados en la práctica deportiva y mejorar la flexibilidad muscular y articular.
Uso adecuado del equipo y protección: utilizar el equipamiento adecuado y en buen estado, como calzado deportivo apropiado, protecciones y elementos de seguridad según el deporte practicado.
Atención a señales de fatiga o dolor: prestar atención a las señales del cuerpo, como fatiga, dolor persistente o molestias, y detener la actividad si se presentan para evitar lesiones más graves.
Hidratación y nutrición: mantener una adecuada hidratación y una dieta balanceada que proporcione los nutrientes necesarios para el rendimiento físico y la recuperación.