Educación aventura: educar en el medio natural

carla.quirantes 07 Agosto 2024
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La Educación Aventura se define como el conjunto de actividades variadas que interaccionan con el entorno natural y con el deporte.
Educación y deporte

La Educación Aventura se define como el conjunto de actividades variadas que interaccionan con el entorno natural. Contienen elementos de peligro real o aparente en situaciones en las que el resultado es incierto, pudiendo ser influido por el participante y la circunstancia. Es un formato de enseñanza en el que los estudiantes participan en actividades de aventura que requieren habilidades físicas, cognitivas y afectivas.  

La mayoría de los investigadores asignan el origen de la educación aventura a Kurt Hahn, quien alrededor de 1941 planteó un programa para evitar las posibles pérdidas en casos de hundimiento de las navieras.

Hahn pretendía mejorar la independencia, la iniciativa y, entre otros, el desarrollo físico de los trabajadores para garantizar su supervivencia. El éxito del programa fue tan grande que se extendieron estas enseñanzas por todo el mundo. Desde 1970, los programas de Educación Aventura no han parado de crecer.  En España, el MEDA (Modelo Educativo de Deporte Aventura) fue propuesto en 2011 por Antonio Baena en la Revista ‘Espiral Cuadernos del Profesorado’. 

Beneficios de educar en el medio natural

La aplicación de este modelo pedagógico ha demostrado numerosos efectos positivos y beneficios tanto para el rendimiento académico como en los aspectos psicológicos relacionados con el autoconcepto.

Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de Standford mostró que los estudiantes que participan en programas de Educación Aventura desarrollan una mayor resiliencia y capacidad de adaptación frente a situaciones adversas. Los alumnos en este tipo de actividades sienten una mayor autoconfianza después de completar desafíos que inicialmente percibían como difíciles o imposibles.  

Además, mejora las relaciones sociales y del comportamiento, aumentando los niveles de actividad física moderada y vigorosa y, en definitiva, consiguiendo una mayor adherencia a la práctica deportiva.

La práctica regular de ejercicio físico en un entorno natural fomenta hábitos de vida saludables que pueden perdurar a lo largo del tiempo, y promueve un estilo de vida activo que contrarresta los efectos negativos del sedentarismo. 

La importancia de las relaciones interpersonales

Los alumnos que participan en proyectos de Educación Aventura destacan un aspecto muy positivo de estos programas: sentirse parte del grupo. La interacción que se produce entre los alumnos a la hora de resolver problemas reales de manera conjunta, son situaciones intensas y se suelen dar con mucha frecuencia en estos programas.

Esto favorece las relaciones interpersonales entre el alumnado, ya que requieren trabajo en equipo, liderazgo y toma de decisiones bajo presión. Por tanto, los estudiantes aprenden a manejar sus emociones, a comunicarse de manera efectiva y a colaborar con otros para alcanzar objetivos comunes, beneficiando tanto el rendimiento académico del grupo como la convivencia.  

Por otro lado, los niños y niñas que aprenden contenidos concretos a través de proyectos de aventura se sienten muy contentos y motivados realizando actividades fuera de lo común y en ambientes desconocidos, ya que les resulta novedoso. 

Aumento del respeto hacia el medio ambiente

Además de los beneficios mencionados, la Educación Aventura tiene el potencial de inculcar en los estudiantes el respeto por la naturaleza y un sentido de responsabilidad ambiental. Al interactuar directamente con el entorno natural, los alumnos desarrollan una conciencia ecológica que puede influir positivamente en sus comportamientos futuros respecto al cuidado del medio ambiente.

Este aspecto es especialmente relevante en un contexto global donde la sostenibilidad y la conservación de los recursos naturales son temas de creciente importancia. 

Darle cabida a la Educación Aventura

Para lograr realmente estos beneficios, es necesario que estas propuestas tengan una duración como mínimo de dos a cuatro semanas. Además, para garantizar la seguridad del alumnado será necesario un adulto, supervisor o experto, por cada grupo de quince niños. 

El medio natural es el lugar idóneo para llevar este modelo a la práctica, pero muchas veces, por diferentes circunstancias, los docentes no pueden ir con el alumnado de manera diaria fuera del centro educativo o a sus alrededores, como pueden ser los parques.

 Por lo que para implementarlo dentro del centro se recomienda incluir a los alumnos elementos esenciales como son: resolución de problemas, superación de barreras, cooperación, uso creativo de espacios y materiales y contexto lúdico. 

La Educación Aventura ofrece un marco muy interesante que permite trabajar de manera interdisciplinar con otras asignaturas como pueden ser las del área de ciencias naturales, aprovechando la salida para conocer por ejemplo la flora de ese lugar, con matemáticas, haciendo uso de mediciones, con plástica realizando un dibujo del paisaje natural, entre otras.

Esta propuesta educativa abre la oportunidad de colaborar con el resto del equipo docente y enriquecer la formación del alumnado, promoviendo una educación holística que considera el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los estudiantes, preparándolos de manera más completa para los desafíos del futuro. 

La implementación de este modelo pedagógico demanda un compromiso significativo y una planificación meticulosa; sin embargo, los beneficios que proporciona al alumnado justifican plenamente el esfuerzo invertido.

En un mundo que se caracteriza por una creciente interconexión y constantes cambios, preparar a los estudiantes para enfrentar y superar desafíos con resiliencia, creatividad y colaboración constituye una inversión de incalculable valor para su futuro. 

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