Los altos niveles de exigencia para mejorar el rendimiento físico, los picos de estrés propios de la temporada de competiciones, la fatiga de los entregamientos diarios, las dietas, lesiones o la relación entre los propios atletas y entrenadores, entre otros muchos factores, pueden pasar factura a la salud mental de los profesionales del deporte.
En la actualidad, la rama de la psicología deportiva está más en auge que nunca y, es que, se ha comprobado científicamente, que la salud mental y el bienestar emocional son clave para el rendimiento deportivo.
Trastornos de salud mental más comunes entre los profesionales
Ansiedad: la presión competitiva, las expectativas y el miedo al fracaso pueden contribuir a la ansiedad en los deportistas, afectando su rendimiento y bienestar emocional.
Depresión: la intensa presión, el estrés y las lesiones pueden desencadenar la depresión entre los atletas, afectando su motivación y calidad de vida.
Trastornos alimentarios: la presión por mantener ciertos estándares físicos puede llevar a trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia.
Trastornos del sueño: el horario irregular de entrenamiento, los viajes frecuentes y la presión competitiva pueden contribuir a problemas de sueño entre los deportistas.
Burnout: la fatiga física y mental acumulada debido a entrenamientos intensivos y una carga competitiva constante puede dar lugar al agotamiento o burnout.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): algunos deportistas pueden enfrentar desafíos relacionados con el TDAH, que afecta la concentración y el control de impulsos.
Trastornos de la personalidad: la alta competitividad y la presión pueden exacerbar los trastornos de la personalidad existentes o contribuir al desarrollo de estos.
¿Cómo promover el bienestar emocional en el deporte?
Tanto entre el deporte individual, como en el deporte de equipo de alto nivel, fomentar la salud mental es fundamental, pues sin ella, no se conseguirán las metas o, peor aún, será inviable mantenerlas. Actualmente, esta área del deporte está en auge y equipos de todos los niveles de competición cuentan con un psicólogo deportivo o coach deportivo en sus filas. A continuación, describimos algunas estrategias muy efectivas que usan estos profesionales.
Apoyo psicológico: garantizar el acceso a profesionales de la salud mental, como psicólogos deportivos, para que trabajen con los atletas en la gestión de desafíos emocionales y psicológicos.
Fomentar el equilibrio entre trabajo y descanso: establecer rutinas que incluyan períodos adecuados de entrenamiento, descanso y recuperación para prevenir el agotamiento.
Crear un entorno de apoyo: fomentar la colaboración, la comunicación y la solidaridad entre los miembros del equipo, entrenadores y personal de apoyo para construir un ambiente de apoyo mutuo.
Desarrollar programas de transición: ayudar a los atletas a prepararse para la transición fuera del deporte profesional, ofreciendo orientación y apoyo para adaptarse a nuevos desafíos.
Monitoreo del bienestar: implementar sistemas para evaluar regularmente el bienestar emocional y mental de los atletas, permitiendo intervenciones tempranas cuando sea necesario.
Involucrar a los líderes del equipo: los entrenadores y líderes del equipo desempeñan un papel crucial al fomentar una cultura que prioriza la salud mental y respalda a los miembros del equipo.
Promover estilos de vida saludables: enfatizar la importancia de una dieta equilibrada, ejercicio regular y un buen sueño para apoyar la salud mental.
Acceso a recursos de apoyo: facilitar el acceso a recursos de apoyo externos, como líneas de ayuda y organizaciones especializadas en salud mental.
¿Cómo gestionar la retirada del deporte profesional?
Generalmente, las terapias se enfocan al periodo de máximo estrés durante la carrera de los deportistas, pero el momento de la retirada del campo de juego o la pista también es crucial, ya que es un cambio drástico en la rutina de vida y puede afectar psicológicamente. Para evitar caer en la depresión o ansiedad, los psicólogos proponen a los deportistas que se trabajen un plan B previamente para evitar esa sensación de vacío. Además, estas medidas también pueden ayudar a sobrellevar la nueva situación:
Identificación de nuevas aficiones fuera del ámbito deportivo en las que depositar ilusión.
Nutrir una red social de personas allegadas que sirvan de “red de apoyo”.
Participar en programas de entrenamiento o ayuda a otros deportistas.
Trabajar la resiliencia para afrontar los nuevos desafíos emocionales mientras surgen otras oportunidades.
