Preparador físico cualificado: por qué sí importa
Vivimos rodeados de consejos de entrenamiento. Basta con abrir Instagram o TikTok para ver a miles de personas recomendando rutinas, ejercicios o dietas como si fueran expertos. Pero detrás de cada vídeo motivador, surge una pregunta esencial: ¿quién está realmente cualificado para guiar el entrenamiento de otra persona?
Porque no todo el que entrena sabe entrenar a otros. Y eso, en el mundo del ejercicio físico, puede marcar una gran diferencia.
Intrusismo en el entrenamiento: un problema real
El intrusismo laboral en el ámbito deportivo ocurre cuando alguien sin la titulación adecuada se hace pasar por profesional. Y, por desgracia, es algo cada vez más habitual. Muchas personas que comparten consejos en redes sociales lo hacen desde su experiencia personal como deportistas o aficionados al gimnasio, sin haber cursado estudios en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD) o tener una titulación oficial en el área.
¿El problema? Que entrenar a alguien no es solo decirle qué hacer. Implica conocer fisiología, prevención de lesiones, planificación, biomecánica, nutrición… Ámbitos que solo se dominan con una formación reglada y continua.
Riesgos de seguir a un falso profesional
Confiar en alguien sin preparación puede tener consecuencias. Estas son algunas de las más comunes:
- Lesiones musculares o articulares por una ejecución incorrecta.
- Sobrecargas por planes mal planificados.
- Recomendaciones peligrosas para personas mayores, embarazadas o con patologías.
- Frustración al no obtener resultados o abandonar el ejercicio por dolor o agotamiento.
No se trata de copiar una tabla que ha funcionado a alguien en redes, sino de diseñar un entrenamiento personalizado, con objetivos realistas y progresión segura.
La formación sí marca la diferencia
Un preparador físico cualificado no solo diseña entrenamientos: evalúa la condición inicial, adapta las cargas, detecta señales de fatiga, interpreta indicadores de salud y rendimiento, y educa en hábitos seguros.
Además, se mantiene en constante formación. Másters como el de Alto Rendimiento Deportivo ofrecen herramientas clave para actualizarse y ofrecer entrenamientos basados en la última evidencia científica. La ciencia cambia, y los buenos profesionales evolucionan con ella.
El usuario también tiene responsabilidad
Antes de contratar a un entrenador o seguir una rutina deportiva en redes, pregúntate: ¿está cualificado? ¿Tiene estudios? ¿Sabe adaptar el entrenamiento a mis características y necesidades?
No pondrías tu salud en manos de un médico sin título. ¿Por qué sí en las de un entrenador sin formación?
Invertir en un preparador físico cualificado es invertir en salud, seguridad y resultados.

Hacia una regulación necesaria
A diferencia de otras profesiones sanitarias o educativas, la preparación física sigue sin una regulación clara que impida el intrusismo. Esto no solo perjudica a los profesionales formados, sino que deja desprotegido al usuario.
Establecer un marco legal que defina quién puede ejercer como preparador físico es clave para proteger la salud pública, garantizar la calidad del servicio y prestigiar la profesión.
Conclusión
La preparación física es una labor seria. No basta con tener músculo o muchos seguidores: hace falta formación, responsabilidad y compromiso.
En EDUSPORT defendemos una formación deportiva de calidad, orientada al rendimiento, pero también a la seguridad, la salud y la pedagogía. Si eres usuario, elige bien. Y si quieres ser preparador físico, fórmate con quienes te preparen para hacerlo bien.
Porque en deporte, como en salud, no vale cualquiera. Y tu cuerpo lo merece.

