El Nordic Walking, o marcha nórdica, es una actividad física que surgió en Finlandia como una herramienta de entrenamiento para los esquiadores de fondo y esquiadores nórdicos durante los entrenamientos de verano.
Originalmente, estos deportistas buscaban una alternativa que mantuviera activa su condición física y fortaleciera sus capacidades fuera de temporada.
A lo largo de los años, esta actividad ha evolucionado hasta convertirse en una disciplina independiente, practicada por personas de todas las edades y niveles de forma física en todo el mundo.
Características del Nordic Walking
La marcha nórdica se caracteriza por el uso de bastones especiales que ayudan a los practicantes a caminar de manera coordinada y eficiente, replicando los movimientos del esquí de fondo.
Esta técnica permite una movilización de casi el 90% de los músculos del cuerpo, dado que no solo se utilizan las piernas, como en la caminata convencional, sino que también se activan la musculatura corporal de la parte superior, incluyendo brazos, hombros y espalda.
Esta activación amplia y controlada no solo contribuye a mejorar la capacidad aeróbica, sino que también proporciona numerosos beneficios para la salud, como un mejor desarrollo de la resistencia y el fortalecimiento del sistema cardiovascular.
Beneficios del Nordic Walking
Uno de los grandes beneficios para la salud que se asocian al Nordic Walking es su capacidad para fortalecer el sistema inmunitario. La combinación de ejercicio físico moderado y contacto con la naturaleza tiene un impacto positivo en el bienestar general y en la reducción del estrés.
Practicar esta actividad física de manera regular también promueve la oxigenación y mejora la circulación sanguínea, lo que contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico. Además, el Nordic Walking es una excelente forma de ejercicio al aire libre, lo que permite disfrutar de los beneficios del sol y el aire fresco, aspectos que también apoyan la salud mental y física.
Una disciplina de bajo riesgo
A diferencia de otras actividades de alto impacto, la marcha nórdica ofrece un entrenamiento de bajo riesgo para las articulaciones. Los bastones ayudan a distribuir el esfuerzo de manera equilibrada entre el tren superior e inferior del cuerpo, lo que reduce el impacto en las rodillas, caderas y tobillos. Esto hace que sea ideal para personas que buscan mejorar su condición física sin exponerse a un riesgo alto de lesiones.
La práctica regular de Nordic Walking no solo mejora la capacidad aeróbica de los participantes, sino que también ayuda a desarrollar la resistencia muscular y la flexibilidad, cualidades que son esenciales para un estado físico equilibrado.
Además, en el contexto de esquí nórdico y esquí de fondo, el Nordic Walking proporciona una excelente alternativa para mantener la musculatura corporal en forma durante todo el año, especialmente en los meses de verano, cuando no es posible esquiar.
Por ello, es común que los esquiadores de fondo utilicen la marcha nórdica como complemento en su entrenamiento, dado que replica de manera efectiva los movimientos del esquí, pero en un entorno sin nieve.
En conclusión, el Nordic Walking es una práctica que no solo favorece la condición física, sino que aporta múltiples beneficios para la salud al ser un ejercicio integral que involucra gran parte de los músculos del cuerpo y fortalece tanto el sistema cardiovascular como el sistema inmunitario.
La combinación de una actividad física efectiva y de bajo impacto con los beneficios de realizar ejercicio al aire libre posiciona a esta disciplina como una excelente opción para mantener una vida activa y saludable en distintos niveles de intensidad.
