
6 consejos clave para entrenar en verano
“Quiero entrenar, pero el calor me frena”. ¿Lo oído alguna vez?
Cuando las temperaturas suben, también lo hacen las excusas. Y es normal: en verano, entrenar, parece una misión imposible. El sudor llega antes que el calentamiento, el sol abrasa, y la motivación… desaparece.
Pero, ¿Y si te dijésemos que el calor puede ser una oportunidad en lugar de un obstáculo? Entrenar en verano no solo es posible: puede ser la clave para mejorar tu resistencia, quemar más calorías y reforzar tu disciplina mental.
La clave está en cómo hacerlo. En este artículo te damos consejos prácticos y advertencias para evitar el agotamiento por calor.
¿Es recomendable entrenar en verano?
La respuesta es sí, siempre que se haga de forma adaptada, consciente y segura. El calor cambia la manera en la que el cuerpo responde al esfuerzo: sudas más, aumenta el gasto energético y la sensación de fatiga. Pero con una buena estrategia, estos factores pueden jugar a tu favor.
Además, hacer ejercicio en verano ayuda a:
- Evitar el sedentarismo propio del verano.
- Mantener el progreso físico y mental del resto del año.
- Llegar a septiembre con más fuerza y constancia.
Beneficios de entrenar con calor
Aunque suene contradictorio, entrenar con calor tiene beneficios reales, siempre que se haga correctamente:
- Quema más calorías: el cuerpo trabaja más para mantener su temperatura, lo que puede aumentar el gasto energético. De ahí el popular mito de que “entrenar con calor quema más calorías”.
- Mejora la termorregulación: el organismo mejora su capacidad para adaptarse a entornos extremos, favoreciendo el rendimiento en climas exigentes.
- Fortalece la mentalidad: entrenar en condiciones difíciles, fortalece tu disciplina y tolerancia al esfuerzo.
Cómo entrenar en verano sin sufrir agotamiento
Aquí tienes 5 consejos esenciales para evitar riesgos y mantener tu rutina de forma inteligente:
1. Cambia la hora, no el hábito
Durante el verano existen horas que es mejor evitar para entrenar, como al mediodía, el sol es más intenso y calienta con más fuerza.
Es aconsejable entrenar temprano a primera hora de la mañana (6–9 h) o al atardecer (19–21 h). Estas son las franjas más frescas, con menos radiación y más seguridad para el cuerpo.

2. Hidrátate
Entrenar con calor exige una hidratación constante. El cuerpo pierde agua más rápido, y si no repones, el rendimiento cae en picado.
Antes, durante y después del entrenamiento: agua o bebidas con electrolitos. Evita bebidas azucaradas o con cafeína en exceso.
Recuerda que la deshidratación es uno de los grandes culpables del agotamiento por calor. No esperes a sentirte mal para actuar.
3. Reduce la intensidad
No, no eres más débil. Solo estás entrenando bajo condiciones más exigentes.
Con altas temperaturas, el corazón trabaja más duro. Por eso, es lógico reducir el volumen o la intensidad de los entrenamientos en verano. Por lo tanto:
- Disminuye la intensidad de entrenamiento.
- Modifica tu rutina de fuerza por un circuito funcional.
- Sustituye un HIIT por una carrera continua.
4. Reconoce los síntomas del agotamiento por calor
Entrenar sin control bajo altas temperaturas puede poner en riesgo tu salud. Aprende a identificar las señales de alarma.
Síntomas de agotamiento por calor:
- Mareos o confusión.
- Náuseas o vómitos.
- Piel seca o muy enrojecida.
- Pulso acelerado.
- Debilidad general.
Si sientes alguno de estos síntomas, para de inmediato, busca sombra, hidrátate y descansa.
5. Aliméntate bien
No es solo lo que haces durante el ejercicio. También importa cómo preparas tu cuerpo antes y cómo lo recuperas después.
En verano, el cuerpo necesita energía sin sobrecarga. Prioriza frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos de digestión rápida. Evita comidas muy grasas o copiosas antes de entrenar: solo te harán sentir más pesado bajo el calor.
6. Cuida tu piel
Si entrenas al aire libre, usa protector solar de amplio espectro (FPS +30 o más), gorra o visera y gafas. No subestimes el daño solar: las quemaduras afectan no solo tu piel, también tu rendimiento y tu descanso.
Conclusión: entrenar con cabeza, entrenar con calor
El verano no tiene por qué ser una excusa. Puede ser tu ventaja competitiva si sabes cómo adaptarte. Entrenar en verano te hace más resistente, más disciplinado y más consciente de tu cuerpo:
- Respeta los ritmos.
- Cuida tu hidratación.
- Escoge bien tus horarios.
- Y sobre todo… no dejes de moverte.
Porque tu cuerpo no entiende de estaciones, solo de hábitos. Y en EDUSPORT estamos aquí para ayudarte a mantenerlos vivos todo el año.
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